La Importancia del Nombre
El nombre de un individuo, empresa, corporación o agrupación, equivale al código estructural a través del cual la luz, que proviene desde los mundos superiores, llega a la vida de ese Ser. Cada una de las letras de su nombre, forma un molde que nos permite entender cómo pasa la energía que alimenta sus proyectos y de qué manera el universo está apoyando al desarrollo de los propósitos de existencia de ese Ser.
Esto lo aprendemos del proceso que se siguió para construir ésta Creación. Cada elemento existente en este mundo físico, fue creado a partir de las formas dadas por la combinación de las letras del alefato y la energía o luz que pasó a través de esa combinación especifica de letras.
Por lo tanto, es de vital importancia entender la manera en que están organizadas las letras del nombre y cómo éste influye en la consecución de las metas o propósitos de quien lo porta. Cada letra, por su estructura formal, permite el paso de la luz de una manera específica, dando origen a potencias particulares.
Cada letra en sí, tiene un valor energético equivalente, dado por su forma, pero, además, posee un valor numérico que se logra teniendo en cuenta su posición dentro del alfabeto y su equivalencia con el alefato, lo que le infiere una fuerza adicional a tener en cuenta. De esta manera, la combinación especifica de letras, determina una manera particular de recibir la luz proveniente de los mundos superiores y la manera en que se transforma para crear algo dentro de este mundo físico determinado por el espacio-tiempo.
Además de todo esto, se debe tener en cuenta, la relación que pueda tener con nombres o palabras del idioma hebreo, para identificar así, la potencia comparativa equivalente, que se puede adicionar en la fuerza para lograr un propósito determinado.
La numerología del nombre tiene relación directa con la Gematría, que nos permite entender las inter relaciones existentes en las diferentes potencias que lo conforman. Por lo tanto, la equivalencia numérica del nombre está directamente relacionada con palabras que posean la misma equivalencia numérica, dándole así una fuerza adicional.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es la potencia formal de las letras que conforman el nombre. Un circulo tiene diferente fuerza de la que posee un cuadrado. Esa característica formal se estudia en la geometría sagrada y se fortalece con el conocimiento de los sólidos, que agregan el tercer valor en la tridimensionalidad de la forma y el espacio.
Ahora bien, debemos tener en cuenta que nos movemos en un mundo bidimensional, determinado por dos coordenadas: la de tiempo y la de espacio, característica que tiene su fundamento en la bipolaridad en la que se mueve la energía o luz en el proceso creativo que baja por el Zeir Ampin, moviéndose entra la columna izquierda y derecha. De la misma manera, la luz baja desde los mundos superiores para manifestarse en el mundo físico, a través de la estructura formal de las letras del nombre. Esa estructura formal determina la característica energética de lo creado, de la misma manera que la estructura formal de un tobogán o una montaña rusa, determina el tipo de experiencia que se vive al ser recorrida y establece variables de fuerza, movimiento y velocidad, según sea la combinación de las formas estructurales que la conforman. Por eso es posible modificar o manipular la manera en que baja la luz por la estructura del árbol, así como un ingeniero estructural lo hace con el diseño de la montaña rusa, manipulando incluso, el tipo de emoción que siente una persona que experimenta el recorrido en ella. Cuando es necesario modificar la manifestación en el mundo físico, es posible utilizar las letras del nombre, por su forma, su combinación, su relación y su equivalencia numérica, para obtener resultados distintos en lo materializado. Es lo mismo que decirle a un ingeniero estructural, que modifique tal o cual estructura de la montaña rusa, para modificar los efectos que se han obtenido y el tipo de experiencia de la persona que la recorre.
Y un último aspecto a tener en cuenta, no menos importante, es que, en la creación de un nombre, no solo interviene la persona que lo está creando, sino que, a través de él, se manifiesta la inteligencia que hay detrás de la esencia de la empresa o compañía que se está formando, en unión con la inteligencia primordial del universo, quienes conjuntamente, inspiran al creador del nombre para que establezca, en el mismo, las características básicas que se requieren para que esa inteligencia se manifieste correctamente en este espacio-tiempo.
Toda creación tiene un propósito. Y ese propósito está en concordancia con el propósito general del universo. Por consiguiente, debe haber una sincronía con esa fuerza primordial creadora, que se logra en el momento del planteamiento básico del proceso creativo y es conocido como inspiración.
De esta manera, inspiración no es otra cosa, que la conexión que se logra para bajar, desde los niveles superiores, las inteligencias correctas que permitan manifestar la energía de la manera apropiada en este espacio-tiempo, según los propósitos universales.
Es así como la creación del nombre para una empresa o compañía, es considerada una experiencia inspiradora y de alta conexión con el poder creador del universo, que permite asegurar el logro de los objetivos primarios o ultra propósitos, que hacen que una empresa sea exitosa, independientemente de los obstáculos o impedimentos que se puedan presentar en el medio en que se encuentre.