El Arí dice: "Todo lo que se nos requiere rectificar de este mundo es con el propósito de causar la unión entre Zeir Anpín y Maljut, puesto que los medios para sostenernos y vivir en este mundo, la beneficencia divina y nuestros hijos y nuestro sostén espiritual, nosotros los recibimos de la unión de nuestros padres espirituales que son Zeir Anpín y Maljut. Es decir que nosotros somos los que hacemos que Zeir Anpín y Maljut se unan". Todos nuestros recursos, cualquiera que ellos sean: económicos, intelectuales, de salud, oportunidades, apoyos externos, etc. provienen de la Providencia Divina y son acordados entre nuestra Alma y la Providencia Divina, en Rosh HaShaná, para ser sellados en Yom Kipur y reconfirmados en HoShaná Rabá. Por eso, la consciencia con la que lleguemos y celebremos en esas aperturas cósmicas llamadas "Festividades", determina la cantidad y calidad de recursos de los que dispondremos durante todo el año que comienza. Sin embargo, de acuerdo con la manera como manejemos nuestros pensamientos, emociones y acciones en el transcurso de nuestros días, podemos modificar esas asignaciones. ¿De qué manera? Con cada acuerdo que hicimos en estos días sagrados, al entregar nuestro "Propósito del Año" para estudio ante El Creador, nos son entregadas "Inteligencias" que van acompañadas de paquetes de "Energía" para ser materializadas en Maljut. Pero es Zeir Anpín quien debe transportar esas inteligencias-energías a través del mundo de la Formación (Yetzirá) para ser entregadas intactas a Nukva en Maljut. De ahí que sean ellos, Zeir Anpín y Maljut, considerados nuestros padres espirituales. Pero con cada modificación que hagamos de nuestro Propósito, que equivale al "Anhelo del Alma", en ese transito por el mundo de la formación, donde se ha transformado en el "Deseo del Cuerpo", entregamos parte de esa energía a los regentes del lado oscuro, de cada una de las Sefirot, desde Jésed hasta Yesod. De esta manera, las inteligencias quedan diezmadas en su capacidad de realización y podrían llegar a Maljut desfiguradas o casi agotadas para su manifestación. Esos regentes son las emociones que corresponden con los 70 rasgos de carácter que representan al lado oscuro en cada Sefirá. En la medida en que, por el motivo y la justificación que sea, nos dejemos llevar por esas emociones, cedemos nuestro poder como "Reyes" absolutos de nuestro reino y estregamos las "Inteligencias" en garantía, para obtener las satisfacciones momentáneas que nos ofrece el oponente a cambio de la energía que le estamos dando. Por eso Bar Yojay interpreta el versículo “tu padre y tu madre se regocijarán” de la siguiente manera: tu padre es El Santo Bendito Sea El (Zeir Ampím) y la comunidad de Israel (Maljut). "Israel" hace referencia al "Rey" que debe reinar en su reino: Maljut. Y lo hace en la medida en que "Cuidad Celosamente" sus emociones, para que el paso por el mundo de formación sea de "Regocijo" para el padre (Zeir Anpín) en conexión con la alegría que representa los mundos superiores y que lo conectan con Aba e Ima, el masculino y femenino celestiales. Es por eso que también se nos pide que ayudemos en la rectificación de la conexión entre Aba e Ima, Jojmá y Biná, para poder solicitar desde de ellos, el descenso de intelectos hacia Zeir Ampím (emoción) y Maljut (acción) que es lo que hace que estos copulen. Y solo ahí la beneficencia divina, recurso para sostenernos, hijos y todo lo demás que se necesita, descienden a este mundo material desde ellos, Jojmá y Biná.   De esta manera entendemos que todos los recursos siempre dependerán de nosotros, a través de la manera como interactuamos con el mundo físico y de cómo expresamos nuestras emociones en él. La fuerza del Tsadik está en controlar la puerta de las emociones (Yesod) para que solo pasen la "Gloria" y la "Alegría" celestiales para ser manifestadas en el Reino-Maljut. Es la manera simple como expresamos la grandeza del Santo-Bendito Sea Él que se manifiesta a través de nuestras experiencias de vida. Al fin y al cabo, estamos representándolo a Él, como Co-Creadores que somos.